Estos factores te exponen a un mayor riesgo de anemia:
Una dieta que carece de ciertas vitaminas y minerales
Una dieta consistentemente baja en hierro, vitamina B-12, folato y cobre incrementa tu riesgo de anemia.
Trastornos intestinales
Tener un trastorno intestinal que afecta la absorción de nutrientes en el intestino delgado, como la enfermedad de Crohn y la enfermedad celíaca, te pone en riesgo de anemia.
Embarazo
Estar embarazada y no tomar un multivitamínico con ácido fólico y hierro, aumenta tu riesgo de desarrollar anemia.
Menstruación
En general, las mujeres que no han tenido menopausia tienen un mayor riesgo de anemia por deficiencia de hierro que los hombres y las mujeres posmenopáusicas. La menstruación causa la pérdida de glóbulos rojos.
Antecedentes familiares
Si tu familia tiene antecedentes de anemia hereditaria, como anemia de células falciformes, también podrías tener un mayor riesgo de padecer esta afección.
Afecciones crónicas
Si tienes cáncer u otra afección crónica, podrías estar en riesgo de desarrollar anemia por enfermedad crónica. Estas afecciones pueden derivar en una escasez de glóbulos rojos. La pérdida lenta y crónica de sangre por una úlcera u otra fuente dentro del cuerpo puede agotar la reserva de hierro del cuerpo, y llevar a que se presente anemia por deficiencia de hierro.