¿Qué es una hernia discal?
Una hernia discal es el desplazamiento del contenido del disco intervertebral, que se denomina núcleo pulposo, hacia la parte posterior de la columna ya sea hacia el centro o hacia los lados.
Si el desplazamiento es hacia los lados, comprimirá las raíces tanto en la columna cervical, causando dolores en el cuello y en el brazo, como en la columna lumbar, causando dolores en la espalda, hacia la nalga y hacia diferentes territorios de la pierna.
Discos intervertebrales:
Son como cojines compuestos por una capa fibrosa externa y una parte gelatinosa interna. Cumplen funciones de amortiguación y facilitan los arcos de movilidad apropiados de cada segmento de la columna.
Síntomas
El dolor ocurre con mayor frecuencia en un lado del cuerpo. Los síntomas varían dependiendo del sitio de la lesión y pueden incluir lo siguiente:
Con un disco herniado en la región lumbar, puede experimentar un dolor punzante en una parte de la pierna, la cadera o los glúteos, junto con entumecimiento en otras áreas. También es posible que sienta dolor o entumecimiento en la parte posterior de la pantorrilla o en la planta del pie, y que la misma pierna se sienta débil. Con un disco herniado en el cuello, puede experimentar dolor al mover el cuello, dolor profundo cerca o por encima del omóplato, o dolor que se extiende hacia el brazo, el antebrazo y los dedos de la mano. También puede presentarse entumecimiento a lo largo del hombro, el codo, el antebrazo y los dedos de la mano.
Con frecuencia el dolor empieza lentamente, pero puede empeorar:
Al estornudar, toser o reírse.
Por la noche.
Al inclinarse hacia atrás o caminar.
Después de estar de pie o estar sentado.
Al hacer esfuerzo o retener la respiración, como cuando va al baño.
Causas
Los discos herniados ocurren con mayor frecuencia en los hombres de mediana edad y de edad avanzada, por lo común después de una actividad intensa.
Dentro de los factores de riesgo están:
Levantar objetos pesados.
Tener sobrepeso.
Tener un estilo de vida sedentario.
Tabaquismo.
Permanecer en la misma posición por largos periodos de tiempo.
Doblar o torcer repetitivamente la espalda baja.
Tratamientos
Medicamentos:
Los medicamentos pueden ayudar con el dolor. Su médico le puede recetar cualquiera de los siguientes:
Antiinflamatorios no esteroides (AINE) para el control del dolor a largo plazo. Narcóticos si el dolor es intenso y no responde a los AINE.
Medicamentos para calmar los nervios.
Relajantes musculares para aliviar los espasmos de la espalda.
Cambios en el estilo de vida:
El ejercicio y la alimentación son muy importantes para mejorar el dolor de espalda si tiene sobrepeso.
Cuidado de la espalda en la casa:
Reduzca la actividad durante los primeros días. Reinicie lentamente sus actividades habituales.
Evite levantar objetos pesados o torcer la espalda durante las primeras 6 semanas de dolor.
Después de 2 a 3 semanas, poco a poco empiece a hacer ejercicio nuevamente.
Recuerde que el control del peso es uno de los factores fundamentales para evitar el dolor de espalda recurrente.
Inyecciones:
Las inyecciones de medicamentos, usualmente esteroides, en la zona lumbar o cervical, realizadas por especialistas en dolor o en columna, pueden ayudar a controlar el dolor temporalmente. Estas inyecciones reducen la inflamación alrededor del disco o en las zonas degenerativas, aliviando muchos síntomas.
Aunque la mejoría suele ser transitoria, en algunos casos puede ser prolongada, y a veces es el único tratamiento necesario. Sin embargo, varios pacientes pueden experimentar recurrencias del dolor, convirtiéndose en candidatos para tratamiento quirúrgico.
Cirugía:
La cirugía es la última opción en el manejo de la hernia discal. Sin embargo, existen indicaciones urgentes, especialmente en casos de pérdida de fuerza en las extremidades, donde no hay tiempo para intentar otros tratamientos, como en situaciones de pérdida del control de esfínteres o una grave disminución de la movilidad del paciente.
En general, estas cirugías descomprimen las estructuras neurales, ya sean los nervios o la médula. En la columna lumbar, la mayoría de las veces, el tratamiento de una hernia discal simple no requiere el uso de elementos adicionales como tornillos. En la columna cervical, generalmente se necesita tanto la resección del disco como la colocación de dispositivos para reemplazar el disco intervertebral y mantener la altura del espacio intercorporal.
Consulte con su médico tratante, que generalmente será un neurocirujano o especialista en columna, para determinar las mejores opciones de tratamiento para usted. Los médicos fisiatras suelen encargarse de los tratamientos no quirúrgicos en estos casos.
Recuerde:
Mantener un peso saludable.
Utilizar técnicas de levantamiento adecuadas.
Hacer ejercicios para mantener fuertes los músculos de su abdomen (centro) y espalda.
Evaluar su entorno de trabajo, analizando la ergonomía de la columna, prestando atención a las posturas y evitando mantener posiciones anormales durante periodos prolongados. Por ejemplo, colocando la pantalla de la computadora a la altura de los ojos para evitar la flexión prolongada de la columna cervical.