Cuando le ponen un yeso por primera vez:

El yeso o férula son elementos de uso médico que se aplican para mantener la correcta alineación de una fractura y asegurar su consolidación.

También se aplican yesos, férulas o vendajes bultosos para evitar el movimiento de las articulaciones y facilitar la desinflamación de los ligamentos o componentes articulares.

  • Una vez que le han colocado un yeso, férula o vendaje bultoso, usted no se lo puede quitar por sí mismo. Su médico se lo quitará.
  • El inadecuado cuidado de la inmovilización puede facilitar complicaciones como úlceras, escaras, trombosis venosa y síndrome compartimental. (Hinchazón exagerada de los tejidos).

Recomendaciones para el cuidado de la inmovilización

Para obtener los mejores resultados en el tratamiento y disminuir complicaciones, tenga en cuenta las siguientes recomendaciones:

Siga al pie de la letra las indicaciones del médico ortopedista.

Mantenga los vendajes o yeso más limpio posible y seco. Aisle completamente el yeso con plástico o con un material impermeable en el momento de baño diario.

Mantenga la extremidad comprometida elevada, si es posible por encima de la altura del corazón.

Si los dedos de la extremidad inmovilizada no están lesionados, muévalos de vez en cuando para ayudar a mejorar la circulación y disminuir la hinchazón.

No introduzca objetos dentro del yeso o vendajes tales como ganchos, palos, alambres, etc.

Evite el uso de talco, lociones y cremas.

Para evitar la picazón, sople aire fresco con un ventilador o secador de pelo.

Revise la sensibilidad, movilidad, coloración y temperatura de los dedos.

No realice movimientos bruscos o actividades peligrosas que puedan provocar nuevas lesiones.

Retire objetos del camino con los que pueda tropezar: alfombras, juguetes, mascotas, etc.

No corte ni retire partes del yeso o vendajes.

Cuando acudir a urgencias

  • Ardor o picazón insoportable.
  • Dolor que no mejora con los analgésicos o al elevar la extremidad.
  • Hinchazón que produce entumecimiento u hormigueo y no mejora con elevar la extremidad.
  • Siente muy apretada la inmovilización.
  • Cambios de coloración en las extremidades como enrojecimiento alrededor de la inmovilización, dedos pálidos o morados.
  • Cambios de temperatura como zona caliente debajo del yeso o extremidad muy fría.
  • Dificultad para movilizar los dedos de manos o pies.
  • Presencia de secreción o mancha en el yeso o vendajes.
  • Mal olor proveniente de la inmovilización.
  • Fiebre.